domingo, 30 de septiembre de 2012

EL CIERVO VANIDOSO

               EL CIERVO VANIDOSO

Vivía,  en aquella gran montaña,  un ciervo muy vanidoso; estaba orgulloso de su cornamenta,  la cual era digna de admirarse,  pero ignoraba la gracia,  fuerza y esbeltez de sus propias patas. Siempre que se miraba al espejo,  fijaba los ojos solo en su cornamento
-Nuestras patas pueden sernos tan útiles como los cuernos,  amigo- le decía,  de vez en cuando,  un vecino suyo.

-!Bah! todos tenemos las patas iguales; en cambio,  la cornamenta coloca a cada uno en su lugar,  y la mía es superior a todas. sín duda,  soy el siervo más hermoso de la montaña -respondía nuestro personaje lleno de soberbia.

Un día,  el ciervo vanidoso se vio perseguido por unos cazadores,  quienes utilizaban perros de presa muy rápidos y fieros.  gracias a la agilidad de sus patas,  nuestro ciervo logro huir rápidamente de sus enemigos.

Sín embargo,  cuando se adentro en el bosque,  no tardo en enredar su gran cornamenta con los matorrales que estaban a lo largo del camino.

Pese a sus esfuerzos por librarse,  el ciervo quedo inmovilizado y tuvo que resignarse a ser apresado por los cazadores. Entonces,  recordó lo que con tanta frecuencia le decía su vecino y admitió que éste tenía razón. 

Aquella cornamenta,  de la que tan orgulloso se sentía,  había sido su perdición... !Ah, si se hubiera fiado más de sus patas!

MORALEJA:si problemas te quieres evitar;
sabios consejos debes escuchar.    :).


  LAURA VEGA CH
T
                         

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